Publicador de contenidos

La preservación de los ecosistemas, clave en la adaptación al cambio climático

La naturaleza se enfrenta a una peligrosa especie invasora: el plástico. Este año, el Día Mundial del Medioambiente, que se celebra cada 5 de junio por parte de Naciones Unidas, hace un llamamiento a luchar contra este desafío, que perjudica a la salud humana y amenaza la biodiversidad. Cada año se producen en el mundo más de 400 millones de toneladas de plástico, y alrededor de 20 millones de estos residuos acaban en los lagos, ríos y mares. 

Ante esta situación, la clave es proteger los ecosistemas, tanto terrestres como marinos, e implantar nuevas prácticas más respetuosas con el planeta. En este sentido, Agbar promueve el desarrollo de infraestructuras verdes, basadas en la naturaleza, para preservar la biodiversidad y adaptarse a los efectos del cambio climático.

En Sant Joan les Fonts (Gerona), por ejemplo, junto con el Consejo Comarcal de la Garrotxa y el Ayuntamiento, la compañía ha llevado a cabo un proyecto de restauración ambiental de los humedales artificiales de depuración, que forman parte de la depuradora de Begudà y que favorecen la biodiversidad del parque natural de la Garrotxa. 

El proyecto ambiental ha tenido como objetivo la restauración de estanques de agua permanente y la mejora de la calidad ecológica de los ecosistemas. Se ha transformado una zona yerma en un prado de flores silvestres, lo cual favorece la presencia de insectos, y se han instalado estructuras que potencian refugios de fauna para murciélagos, anfibios y polinizadores. 

Con esta actuación se contribuye, además, a mejorar la calidad del agua del río Turonell, dado que se hace pasar una parte del agua ya depurada por esta solución basada en la naturaleza, que mejorará aún más su calidad. Esta restauración se convierte en una medida para la adaptación y mitigación del cambio climático en una zona de especial valor para la biodiversidad.

En el Delta del Ebro, Agbar gestiona los humedales de depuración, de más de 140 hectáreas, que depuran el agua utilizada en el cultivo del arroz. Esta solución basada en la naturaleza se gestiona a partir de criterios de biodiversidad y se ha convertido en un espacio de gran valor ecológico. En el 2020, los humedales artificiales de depuración de Illa del Mar y de L’Embut fueron declarados reserva natural de fauna salvaje por la Generalitat de Cataluña.

Hoy en día, es una zona de alto interés ornitológico, donde se han observado 48 especies diferentes, 33 incluidas en el catálogo de especies amenazadas. Estos humedales ofrecen espacios idóneos para las aves (refugios, zona de alimentación y nidificación), para la observación ornitológica, los paseos naturalistas y la educación ambiental.

Asimismo, para proteger la naturaleza, es fundamental impulsar la economía circular. Un ejemplo paradigmático es la evolución de las depuradoras tradicionales en ecofactorías, un modelo, impulsado por Agbar, que se sustenta en la digitalización y la tecnología de vanguardia, y cuyo objetivo es implantar una gestión sostenible del agua, principalmente a través de la regeneración, la generación de energías renovables para lograr la autosuficiencia energética de las plantas de tratamiento y la consecución del residuo cero. 

Este sistema pretende cubrir el 100 % de sus necesidades energéticas con recursos propios a base de biogás procedente de lodos del proceso de depuración de las aguas, y energía solar, con un balance cero de dependencia energética y emisiones de dióxido de carbono.

Ecofactorías y agua regenerada

Pero las ecofactorías tienen otra función estratégica: dar una segunda vida al agua a través del tratamiento de regeneración. El agua regenerada se obtiene a partir de la aplicación de un tratamiento adicional en el agua depurada y se utiliza actualmente para usos ambientales (caudales ecológicos, recarga de acuíferos y mantenimiento de zonas húmedas), industriales (usos no potables), de riego agrícola y usos municipales (riego de zonas verdes, limpieza de alcantarillado y de calles, principalmente).

De este modo, se puede asegurar la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos, sin depender de la lluvia o de la extracción de agua de recursos superficiales y subterráneos, con lo cual se minimiza el impacto de los periodos de sequía. El uso de agua regenerada también permite reducir drásticamente la extracción de agua del medio natural, y contribuye, así, a proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas. 

Agbar es un referente internacional en la gestión sostenible de los recursos hídricos y un grupo puntero en la regeneración de agua. La regeneración es una aliada del medioambiente. Por ejemplo, para la recarga de acuíferos. Comaigua, empresa del grupo Agbar, lidera un proyecto para inyectar agua al acuífero del Baix Camp, seleccionado en la primera fase del programa Life 2020 de la Unión Europea. El proyecto REMAR propone utilizar una tecnología natural para recargarlo con agua tratada proveniente de la estación depuradora de Cambrils. Una solución respetuosa con el medioambiente, segura y eficiente para mejorar el nivel hídrico del acuífero. 

Así y todo, es imperativo reconocer la importancia de proteger nuestro medioambiente y actuar de manera responsable a fin de proporcionar un futuro sostenible para las próximas generaciones. La crisis ambiental a la que nos enfrentamos requiere acciones inmediatas y contundentes por parte de todos los sectores de la sociedad. Tenemos que adoptar prácticas más sostenibles, reducir nuestra huella de carbono, conservar los recursos naturales, preservar la biodiversidad y promover un estilo de vida en armonía con la naturaleza.

Solo a través de un compromiso colectivo y de un cambio de mentalidad podremos preservar la belleza y la vitalidad de nuestro planeta. El momento de actuar es ahora, no nos podemos permitir el lujo de seguir ignorando la llamada urgente de la Tierra. Es hora de proteger y cuidar lo que en definitiva es nuestro hogar.