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El círculo del agua regenerada

 

Conseguir que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles es el desafío que la ONU quiere alcanzar con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. El reto es extraordinario si tenemos en cuenta la situación actual de emergencia climática y el aumento demográfico global. En este contexto, el agua representa un elemento básico para la sostenibilidad urbana y aporta soluciones en un contexto enfocado hacia la necesaria transformación verde del planeta.

Según Naciones Unidas, un 75 % de la población mundial vivirá en áreas urbanas en el 2050, y la demanda mundial de agua aumentará entre el 20 % y el 30 % a causa del crecimiento de la población. El cambio climático, con el aumento de la temperatura global, agrava esta situación, especialmente en la cuenca mediterránea, que ya es una zona de gran tensión hídrica. En Cataluña, la disponibilidad de agua se reducirá en una media del 17,8 % en el horizonte 2051, según la Agencia Catalana del Agua (ACA).

Este contexto nos muestra la necesidad de mejorar el tratamiento de las aguas residuales para dar una segunda vida al agua y reaprovechar este recurso escaso. La regeneración de agua es una solución innovadora para gestionar de forma sostenible los recursos y apostar por la resiliencia hídrica.

El agua regenerada es agua residual depurada que recibe un tratamiento adicional en una estación de regeneración de agua para que se pueda reutilizar. Esta nueva vida del agua sirve para diferentes usos y no requiere tener una calidad tan elevada como la de consumo doméstico. De este modo, se convierte en una fuente alternativa y complementaria que contribuye a la sostenibilidad del ciclo integral del agua y a preservar las reservas de la que es potable.

La regeneración del agua no solo implica su reutilización, sino que también representa un ahorro de agua, protege el paisaje agrícola, restaura las zonas húmedas, reduce los vertidos con una alta carga de nutrientes al mar, facilita que no se generen residuos y permite la autosuficiencia energética. Es una forma de prolongar la vida del agua en un contexto de escasez.

Conscientes de la oportunidad que supone para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Agbar impulsa proyectos para la regeneración de aguas en diversos municipios en los que opera. La capacidad de innovación y resiliencia de la compañía es un valor estratégico para poner en práctica soluciones que mejoren la vida de la ciudadanía.

Con la implantación de estas soluciones innovadoras en más de 170 estaciones depuradoras, Agbar consigue regenerar anualmente 4,76 millones de m3 de agua, que equivalen a 1826 piscinas olímpicas.

El agua procedente de estas depuradoras, una vez tratada, se convierte en un nuevo recurso hídrico, y una parte se destina a usos que no necesitan calidad de agua potable, como el riego de parques y jardines, la limpieza de calles y de alcantarillado, y la recarga de acuíferos, así como usos industriales, agrícolas y ambientales. Son un ejemplo de estas prácticas las columnas de carga de agua regenerada que instala Agbar en las ciudades para que los servicios urbanos llenen las cisternas de los camiones y puedan dar una segunda vida al agua con la limpieza de la vía pública y del alcantarillado.

En Sabadell se ha puesto en marcha una actuación pionera y aún única en Cataluña que incorpora el uso del agua regenerada para la descarga de sanitarios de todo el sector comercial e industrial del polígono de Sant Pau de Riu-sec. Esta doble red de agua (potable y regenerada) permite que los comercios y las industrias del polígono aprovechen el agua no potable para estos usos alternativos, como cisternas de los inodoros o procesos industriales, entre otros. En el mismo polígono, conocido como Via Sabadell, también se dispone de un sistema de carga de camiones cisterna que funciona las 24 horas y los 365 días del año.

Aigües Sabadell, compañía mixta formada por Agbar y el Ayuntamiento de Sabadell, entre otros accionistas, aprovecha también de una manera óptima las aguas freáticas, junto con el agua regenerada. La utilización integrada de ambas aguas preserva las reservas de agua potable, permite disponer de un recurso independiente del convencional y aporta un volumen de más de 150 000 m3 de agua anuales.

Estos son ejemplos locales que Agbar está implementando en diversos municipios en los que opera, pero la apuesta global de la compañía se encamina hacia un nuevo modelo basado en la economía circular. El modelo de economía lineal utilizado hasta ahora se basa en la captación del agua de los ríos y acuíferos, que se potabiliza, se consume y se trata en una depuradora para devolverla al medio natural. El objetivo es pasar de esta economía lineal a una economía circular, donde se reaprovechan los recursos y se transforman para darles un nuevo uso. Con una avanzada tecnología, Agbar trata el agua para darle una segunda vida y hacer que este recurso ya utilizado se convierta en una nueva materia prima para nuevos usos. Así, el saneamiento no es el final del ciclo, sino el inicio de la reutilización del agua.

De este modo, la compañía está transformando sus depuradoras en ecofactorías para conseguir gestionar de forma sostenible el agua y reutilizarla, generar energías renovables para la autosuficiencia energética de las instalaciones y hacer posible que los residuos que se produzcan sean cero.

La reutilización del agua es básica para hacer frente a las sequías en zonas de estrés hídrico y para mitigar las consecuencias del cambio climático. En la actualidad, solo se vuelve a aprovechar entre el 5 % y el 12 % de las aguas residuales en España, unos 400 millones de m3. En Cataluña, en concreto, se regeneran cada año unos 30 millones de m3 de agua, según la ACA. Por ello, aún queda camino por recorrer en este ámbito, ya que, con la nueva directiva europea de reutilización de agua regenerada, Europa podría reutilizar hasta 6000 millones de m3 de agua en el 2025 (seis veces más que actualmente). La innovación y la resiliencia en la gestión del agua requieren un firme compromiso de todos los actores implicados (administraciones públicas, empresas, entidades y ciudadanía) para hacer las inversiones necesarias. Únicamente desde las alianzas público-privadas se podrán emprender acciones sostenibles para preservar este recurso escaso.

El objetivo es dar una nueva vida a los recursos con una economía circular que preserve el medioambiente. La apuesta para impulsar la regeneración de agua supone una solución sostenible, eficiente y local para afrontar los retos presentes y futuros, y nos encamina hacia una reconstrucción verde e inclusiva.

Artículo publicado en El 9 Nou